jueves, 29 de octubre de 2015

Micro relato. DETOX



DETOX

Se echó a la calle dejando atrás su casa. Aquel sitio era ahora un contenedor infame de poderosos hologramas de ella: en la cocina, en el balcón, en la ducha... entre las sábanas...
Anduvo por su barrio, ignorando recuerdos mucho más pretéritos: de las peripecias cotidianas de su infancia, de sus primeros besos, de sus mil intentos y sus pocas victorias inesperadas. Pero cada impronta del pasado era violada, una y otra vez, por aquellas tres palabras, las mismas que en otro tiempo solo fueran dos.
Es curioso como todo lo que pesa se vuelve más liviano con el tiempo, pensó. Con el tiempo... sí.
Vagó sin rumbo por toda la ciudad.
En la calle Mediterráneo revivió una reconciliación de un año atrás; en la ribera del río, unas castañas compartidas; al pasar por la puerta del "Rock-a", una de sus borracheras del quince; y en todos y cada uno de aquellos sitios sintió que no podía escapar de la más implacable de las jaulas, uno mismo.
De vuelta, decidió internarse en el barrio de San Julián, una mustia concatenación de casitas bajas que ambos detestaban; lugar al que nunca llegaron a entrar juntos.
Cinco minutos más tarde estaba imaginando como hubiera sido hacerlo con ella.

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